martes, 5 de marzo de 2013

Ni Ome Tochtli, Ni Baco saben de pulque - es la gente quien lo vive, la que sabe realmente


En la época prehispánica, principalmente para los mexicas, el pulque era considerado divino. El consumirlo, aunque fuera un solo trago, consistía en una interacción entre lo terrenal y el poder de los dioses. Ya en exceso, la embriaguez que producía era considerada como sagrada porque se creía que algunos de los 400 dioses del pulque liderados por Ome Tochtli se introducía en el cuerpo del borracho y hacia notar, con sus ademanes etílicos, la presencia y el carácter particular de un de los centzon totochtin. Así que toda acción hecha en éste estado no era responsabilidad del ebrio sino del dios pulquero. Esta creencia mantenía cierto respeto a quien se hallaba en estado de ebriedad con pulque; sin embargo existen evidencias que la ebriedad era mal vista. Prueba de ello era la existencia de un reglamento implantado con serios castigos por el imperio mexica para evitar el consumo de la bebida divina. A partir de la cosmogonía mexica se implantaron ciertas condenas para que el ciudadano común no bebiera tan preciada bebida. Solo sacerdotes, guerreros, ancianos y personas nacidas bajo el día de un dios pulquero podían beber todo el tiempo, a voluntad, hasta perder la consciencia. Y únicamente en la fiesta en honor de Izquitécatl se daba la libertad que niños, hombres y mujeres de cualquier edad se embriagaran.
Considerando que los códices y la historia mexica está escrita primero por los altos mandos del gobierno mexica y luego, lo que sobrevivió, interpretado por los españoles católicos abre la posibilidad de que mucho de lo que está escrito ahí no dice de lo que en realidad sucedía en la comunidad mexica. Por ejemplo relacionado con el párrafo anterior posiblemente el imperio mexica impuso algunas delimitantes con el mismo poder que daban la libertad de beber pulque porque uno podría embriagarse, hacer cualquier desmán, como destituir al gobierno, y responsabilizar a la divinidad que nos invade de intentar hacerlo y; como a los dioses no se les puede juzgar con ideas terrenales, el crimen en contra del imperio no podría ser castigado de ninguna forma terrenal. Así que el mismo orden y equilibrio del universo debía impedir el consumo del pulque por la comunidad . No era la embriaguez del pueblo lo que le preocupaba al gobierno mexica, sino la conexión de la divinidad con el pueblo y las consecuencias que esto traía. El imperio mexica debía defender su postura. Un linaje divino proveniente de Quetzalcoatl no podía ser sustituido por tipos comunes, mazehuales, que al beber pulque tenían breves contactos con la divinidad; es decir, otra forma diferente de pensar que la trivial, acostumbrada e impuesta por los gobernantes en aquella época.
Esta serie de contradicciones hace voltear a nuestra actualidad y reflexionar sobre la situación actual del pulque y el panorama subversivo que abre, no solo el pulque si no la identidad del pueblo. Si la ebriedad, en general, consiste en una conexión divina entre lo terrenal y lo que no es trivial; el conocimiento también es una forma de embriagarse. Partiendo de esto es compresible el por qué tanto en la época prehispánica, como en la colonia, el porfirismo y en la actualidad se ha tratado de separar de la vida común el consumo del pulque y del conocimiento.(El pulque produce conocimiento)
La llegada de la idea católica de la embriagues a tierras americanas influyó mucho en la concepción que se tenia de ella en estas tierras. El consumo moderado del vino o bebidas alcohólicas en general era aceptado por los frailes, contrariamente a lo que las leyes imponían al pulque. Porque el tomar una sola gota por alguien común, era castigado hasta con la vida. También, aunque ya existía un hilo muy delgado, en el mundo prehispánico, que relacionaba la embriaguez con la liberación del libido; la introducción de la religión católica fortaleció la unión no solo entre la elevación del deseo sexual y la embriaguez, sino entre todo deseo corpóreo, la embriaguez y el mal. Así que el que se embriagaba no solo no respetaba el orden del universo, si no que se volvía un ente maligno por no poder controlar los deseos de su ser.
Es cierto que el exceso de esta bebida ancestral y mexicana es más contraproducente que favorable pero las demás bebidas alcohólicas tienen los mismos efectos y no son, en cambio, tratadas con el mismo despecho en la sociedad. Se ha intentado durante la historia eliminar el deseo por el pulque en los mexicanos: se ha confinado a lugares inalcanzables para la modernidad como hizo el profiriato o se le ha considerado como algo sucio e insalubre para fomentar la venta de otras bebidas como la cerveza. Así que otra vez parece ser que la embriaguez y los efectos que tiene en nuestra salud o rendimiento laboral es lo que menos le importa a las autoridades. Podría estar pasando lo mismo con el tema de las drogas como la marihuana y su legalización. Actualmente, no se necesitan recursos opresores tan drásticos como antes, sería mal visto ante la democracia que se presume en la nación. Conla falta de publicidad de pulquerías o del consumo del pulque es suficiente para las autoridades para considerarlo como algo no influyente en las decisiones del pueblo y que por lo tanto si forman contubernios dentro de las pulquerías, estos no serían nocivos por no tener un publicidad que los apoye y los sostenga. El consumo de otras bebidas mexicanas como el tequila se ha visto atrapado por la publicidad y muestran una identidad mexicana con clase, con sabor a mexicaneidad que los extranjeros desean; cuando en realidad la historia de este pueblo rebelde, que se sacude la opresión, sin necesidad de que le digan que beber, siempre ha tomado pulque.

Referencia biliografica
 . Las bebidas alcohólicas en el México antiguo, Arqueología Mexicana, México, Marzo-Abril 2012, Ed. Raices, No. 114.
. Corcuera De Mancera, Sonia. El fraile, el indio y el pulque,  México, 1991, FCE, Colec. Historia.