En la época prehispánica, principalmente para los mexicas, el
pulque era considerado divino. El consumirlo, aunque fuera un solo
trago, consistía en una interacción entre lo terrenal y el poder de
los dioses. Ya en exceso, la embriaguez que producía era considerada
como sagrada porque se creía que algunos de los 400 dioses del
pulque liderados por Ome Tochtli se introducía en el cuerpo
del borracho y hacia notar, con sus ademanes etílicos, la presencia
y el carácter particular de un de los centzon totochtin. Así
que toda acción hecha en éste estado no era responsabilidad del
ebrio sino del dios pulquero. Esta creencia mantenía cierto respeto
a quien se hallaba en estado de ebriedad con pulque; sin embargo
existen evidencias que la ebriedad era mal vista. Prueba de ello era
la existencia de un reglamento implantado con serios castigos por el
imperio mexica para evitar el consumo de la bebida divina. A partir
de la cosmogonía mexica se implantaron ciertas condenas para que el
ciudadano común no bebiera tan preciada bebida. Solo sacerdotes,
guerreros, ancianos y personas nacidas bajo el día de un dios
pulquero podían beber todo el tiempo, a voluntad, hasta perder la
consciencia. Y únicamente en la fiesta en honor de Izquitécatl se
daba la libertad que niños, hombres y mujeres de cualquier edad se
embriagaran.
Considerando que los códices y la historia mexica está escrita
primero por los altos mandos del gobierno mexica y luego, lo que
sobrevivió, interpretado por los españoles católicos abre la
posibilidad de que mucho de lo que está escrito ahí no dice de lo
que en realidad sucedía en la comunidad mexica. Por ejemplo
relacionado con el párrafo anterior posiblemente el imperio mexica
impuso algunas delimitantes con el mismo poder que daban la libertad
de beber pulque porque uno podría embriagarse, hacer cualquier
desmán, como destituir al gobierno, y responsabilizar a la divinidad
que nos invade de intentar hacerlo y; como a los dioses no se les
puede juzgar con ideas terrenales, el crimen en contra del imperio no
podría ser castigado de ninguna forma terrenal. Así que el mismo
orden y equilibrio del universo debía impedir el consumo del pulque
por la comunidad . No era la embriaguez del pueblo lo que le
preocupaba al gobierno mexica, sino la conexión de la divinidad con
el pueblo y las consecuencias que esto traía. El imperio mexica
debía defender su postura. Un linaje divino proveniente de
Quetzalcoatl no podía ser sustituido por tipos comunes, mazehuales,
que al beber pulque tenían breves contactos con la divinidad; es
decir, otra forma diferente de pensar que la trivial, acostumbrada e
impuesta por los gobernantes en aquella época.
Esta serie de contradicciones hace voltear a nuestra actualidad y
reflexionar sobre la situación actual del pulque y el panorama
subversivo que abre, no solo el pulque si no la identidad del pueblo.
Si la ebriedad, en general, consiste en una conexión divina entre lo
terrenal y lo que no es trivial; el conocimiento también es una
forma de embriagarse. Partiendo de esto es compresible el por qué
tanto en la época prehispánica, como en la colonia, el porfirismo y
en la actualidad se ha tratado de separar de la vida común el
consumo del pulque y del conocimiento.(El pulque produce conocimiento)
La llegada de la idea católica de la embriagues a tierras americanas
influyó mucho en la concepción que se tenia de ella en estas
tierras. El consumo moderado del vino o bebidas alcohólicas en
general era aceptado por los frailes, contrariamente a lo que las
leyes imponían al pulque. Porque el tomar una sola gota por
alguien común, era castigado hasta con la vida. También, aunque ya
existía un hilo muy delgado, en el mundo prehispánico, que
relacionaba la embriaguez con la liberación del libido; la
introducción de la religión católica fortaleció la unión no solo
entre la elevación del deseo sexual y la embriaguez, sino entre todo
deseo corpóreo, la embriaguez y el mal. Así que el que se
embriagaba no solo no respetaba el orden del universo, si no que se
volvía un ente maligno por no poder controlar los deseos de su ser.
Es cierto que el exceso de esta bebida ancestral y mexicana es más
contraproducente que favorable pero las demás bebidas alcohólicas
tienen los mismos efectos y no son, en cambio, tratadas con el mismo
despecho en la sociedad. Se ha intentado durante la historia eliminar
el deseo por el pulque en los mexicanos: se ha confinado a lugares
inalcanzables para la modernidad como hizo el profiriato o se le ha
considerado como algo sucio e insalubre para fomentar la venta de
otras bebidas como la cerveza. Así que otra vez parece ser que la
embriaguez y los efectos que tiene en nuestra salud o rendimiento
laboral es lo que menos le importa a las autoridades. Podría estar
pasando lo mismo con el tema de las drogas como la marihuana y su
legalización. Actualmente, no se necesitan recursos opresores tan
drásticos como antes, sería mal visto ante la democracia que se
presume en la nación. Conla falta de publicidad de pulquerías o del
consumo del pulque es suficiente para las autoridades para
considerarlo como algo no influyente en las decisiones del pueblo y
que por lo tanto si forman contubernios dentro de las pulquerías,
estos no serían nocivos por no tener un publicidad que los apoye y
los sostenga. El consumo de otras bebidas mexicanas como el tequila
se ha visto atrapado por la publicidad y muestran una identidad
mexicana con clase, con sabor a mexicaneidad que los extranjeros
desean; cuando en realidad la historia de este pueblo rebelde, que se
sacude la opresión, sin necesidad de que le digan que beber, siempre
ha tomado pulque.
Referencia biliografica
. Las bebidas alcohólicas en el México antiguo, Arqueología Mexicana, México, Marzo-Abril 2012, Ed. Raices, No. 114.
. Corcuera De Mancera, Sonia. El fraile, el indio y el pulque, México, 1991, FCE, Colec. Historia.